Comenzar de nuevo.
Pasó otra semana en la bulliciosa ciudad de Seúl. La señora Park encontró a su hijo tocando el piano, con una sonrisa de satisfacción, esperó que terminara su pieza para hablarle.
—Jimin, cariño. ¿Estás listo para ir a casa de los Choi para tomar el té?
—Madre —dijo tímidamente mientras estrujaba su blanco pañuelo, tratando de sonar tranquilo ante la mentira que iba a decirle—. Preferiría quedarme en casa todavía.
—No te encuentras bien.
—No te preocupes, yo estoy bien, sólo quisiera descansar unos días más antes de volver a salir.
—Está bien Minnie, tómate todo el tiempo que sientas sea necesario, pero no muchos —dijo sonriéndole y dirigiéndose a la puerta—. Nos vemos más tarde.
—Dale mis saludos a los Choi.
Jimin vio salir a su madre, y en cuanto se cerró la puerta, respiró profundamente y corrió hacia la cocina.
—¡Hwasa! —llamó presuroso a la cocinera—. ¿Estás lista?
—Si joven —pero la cocinera se le quedó viendo dudosa—. ¿Está seguro de lo que quiere hacer?
—Por supuesto Hwasa, nunca he estado más seguro ¡Pero apresúrate mujer! No quiero que se nos haga tarde y no podamos regresar antes que mi madre lo haga.
—Está bien, joven.
Presurosos, los dos salieron y se aventuraron a parar un taxi, ya que la señora Park se había llevado al chofer y sobre todo no podía todo tomar el auto que estaba en el garaje, si quería salir sin decir su destino. El cochero les pidió la dirección.
—Llévenos al mercado.
—¿Al mercado? —preguntó sorprendido mirando a Jimin quien había salido de una residencia y vestía ropa fina.
—Ya me escuchó, llévenos por favor —exclamó y se sorprendió de haberse atrevido hablar así, sonrojándose. El chofer no dijo nada más y presuroso los llevó a su destino.
✧✦✧
Jeon Jungwon, era el hermano mayor de Jungkook, quien había heredado la mitad de la herencia de los Jeon, aunque él hubiese deseado seguir siendo un hombre libre, dedicándose al rap, a la música, sus labores como hermano mayor y como heredero de los Jeon no se lo permitía. Después de su presentación en sociedad desde hacía un año, tomó un edificio propiedad de la familia, como la empresa general de todo el imperio Jeon.
Jungkook se dirigió a esa oficina, ubicada en el corazón de la ciudad, se dirigió al último piso, donde se encontraba la oficina de su hermano. Este pensamiento lo alegró en algo después de tener sus batallas existenciales, puesto que antes que sus padres murieran, él se había ido a Estados Unidos a hacer su carrera de música, por lo tanto, no había convivido con sus hermanos, su regreso fue raro y ahora eran amigos y confidentes.
Después de la muerte de su hermano menor Junghyung, Jungkook se quedó solo y no había encontrado una figura masculina que lo apoyara, hasta que Jungwon regresó, volviéndose su mayor apoyo.
—Hermanito, que gusto me da verte —dijo con gran entusiasmo Jungwon y abrazó a Jungkook—. Pasa y siéntate, pediré que nos traigan el té.
—Gracias Jungwon.
—¿Y qué tal le va al "nuevo soltero"?
—No te burles, Jungwon —protestó con un dejo de amargura—. La verdad es que...
—La verdad es que el romper con Jimin no te trajo la paz que querías, ¿verdad? —dijo interrumpiéndolo.
—Así es, hermano —concluyó con un gran suspiro—. Hace tiempo te confesé lo que sentía por Jimin y Taehyung. Estaba seguro que lo mejor sería terminar con Jimin y confesarle mi amor a Taehyung... pero hace un par de días fui a ver a Tae, y algo en mí se rompió, es como si hubiera deseado llegar a la cima de la montaña, pero al lograrlo... no lograra saber por qué quería subirla.
—Jungkook —le dijo tocando su hombro, como muestra de apoyo—. Yo creo que has estado viviendo atrapado en tus promesas de caballero.
—¿Qué dices?
—Mira Jungkook, primero le prometiste a Junghyung cuidar de Taehyung, después el mismo Taehyung te hizo prometer cuidar de Jimin.
—Eso no lo hice obligado, lo hice por propia voluntad.
—No digo eso, solo trato de explicarte, que nunca has tenido tiempo de vivir para ti, sin tener que proteger a alguien.
—Pero yo me enamoré de Taehyung, no solo era por cuidarlo.
—Eras un adolescente despertando al amor... además, ¿quién no se enamora de Taehyung?
Los dos hermanos rieron al recordar como es que cada hombre que se cruzaba por el camino de Taehyung, quedaba prendado de él de una u otra forma.
—Y con Jimin... me sentía cómodo con su presencia, con él todo era tranquilidad, paz, sus detalles en mis cumpleaños no faltaban, su comprensión cuando algo me molestaba nunca me faltó, hasta su paciencia cuando iba a comprar ropa —concluyó con una sonrisa melancólica.
—¿A caso piensas regresar con él?
—¡No! Claro que no, no quiero volver a la misma rutina.
—A mi parecer, se comprometieron demasiado rápido, eran casi unos niños, no tuvieron la oportunidad de madurar como personas, no creo que estuvieran preparados para el matrimonio. ¿Crees conocer bien a Jimin?
—Claro que lo conozco, Jim es dulce, gentil, dócil.
—Está bien, no hablemos más del asunto, pero dime, ¿qué piensas hacer ahora?
—Me concentraré en mis estudios, para el próximo mes, empezaré mis prácticas profesionales y espero que me aceptes como tu aprendiz.
—Por supuesto hermanito, la duda ofende, además, me urge que empieces a conocer todo lo relacionado con los negocios de la familia.
—¿Cuál es la prisa? ¿A caso ya no toleras las exigencias de la abuela Misook?
—Algo hay de eso, ya te lo explicaré, ahora que te parece si te enseño el nuevo negocio que vamos a adquirir.
—Perfecto.
Jungkook salió de la empresa de su hermano y como buen caballero se inclinó ante las secretarias que, al pasar junto a ellas, batieron sus pestañas y dejaron salir una risita que nunca los había escuchado. No le dio importancia y siguió su camino.
Una vez en la calle con rumbo a su casa se fue encontrando a varios conocidos, pero esta vez, las chicas se comportaban muy diferentes con él, se ruborizaban, le sonreían muy descaradas, hubo alguna que le guiñó el ojo y esto era nuevo para él.
Nunca se había considerado un casanova, se enorgullecía de ser un perfecto caballero y respetuoso de cuanto chico o chica trataba, claro que también estaba Jimin, nunca le faltó ni con el pensamiento, bueno, excepto con Taehyung, pero ahora era un hombre soltero y caía en la cuenta de lo que pasaba. Se había convertido en el partido más codiciado de las damas casaderas, sin compromiso, guapo, millonario, heredero del manejo del imperio Jeon y sobre todo, elegante hasta la médula, de eso no había duda, sin embargo, este nuevo estatus lo estaba inquietando en demasía.
✧✦✧
La gente del mercado miraba con curiosidad a un chico bien vestido, con un reloj de oro rodeado de jitomates y cebollas, concentrado en encontrar las verduras más frescas, mientras que su cocinera solo observaba.
—Este repollo está perfecto, póngalo en las cajas donde llevamos lo demás —le dijo alegremente al vendedor de verduras—. Y creo que con esto estamos completos. ¿Cuánto se le debe?
El vendedor empezó a mencionar el precio de cada producto mientras que Hwasa puso cara de espantada, Jimin comenzaba a abrir su billetera cuando la fiel cocinera lo detuvo.
—Eso es un robo, joven Jimin.
—¿Qué pasa Hwasa?
—Le están viendo la cara, los precios que ha dicho son el doble de lo que valen en realidad —y apuntó al vendedor con un dedo acusador—. Sólo porque ve que usted tiene dinero, se quiere aprovechar.
—Eso no es cierto —se defendió el mercader—. Se perdieron las últimas cosechas y por eso subieron los precios.
—Eso que te lo crea tu abuela.
Y empezó una pelea verbal en donde Jimin solo se les quedaba viendo, primero a uno y luego al otro. Después miró a su alrededor en donde la gente comenzó a rodearlos y empezó a temer lo peor.
—No peleen, por favor —y empezó a suplicar temeroso de que se convirtiera en una trifulca—. Tranquilos por favor, podemos llegar a un acuerdo.
Pero aquellos dos no lo tomaron en cuenta y comenzaban a acercarse uno al otro en señal de irse a los puños. Los mirones comenzaron a animarlos y hacer apuestas.
—Yo le voy a la señorita.
—"Don tomate" va a ganar.
—¡Apuesto a que ella le pega primero!
Jimin no supo de donde tomó valor, agarró una caja vacía, la volteó y se subió en ella gritando con todas sus fuerzas.
—¡Cállense todos!
Se hizo un gran silencio y todos voltearon a ver al joven subido en una caja. Jimin entró en pánico, jamás en la vida había hecho algo así, pero se sentía muy bien, tener la atención de las personas, tener el poder en su voz y más calmado se dirigió al mercader.
—Caballero, hágame el favor de volver a hacer las cuentas, pero esta vez quiero las cuentas claras, soy de una familia muy importante de Seúl y no quiero verme en la necesidad de acusarlo de estafa.
Los "bravos" y aplausos no se hicieron esperar, la gente del mercado felicitaba a Jimin por su valor y los demás mercaderes se disculparon, aunque no tenían nada que ver con el asunto. El pobre mercader no tuvo más remedio que rehacer las cuentas bajo la lluvia de rechiflas de los demás, Jimin sonrió satisfecho de como resolvió el conflicto. ¿Podría resolver así de fácil su propia vida?
✧✦✧
Con su mercancía puesta en bolsas de marcado, Jimin dio las últimas indicaciones para que se la llevaran a una clínica, que no era del estado, pero se dedicaba a ayudar a los niños que más lo necesitaban y era dirigido por Jaehyun, el amigo médico de Taehyung.
Él y Hwasa tomaron otro taxi con el mismo destino.
—Joven Park —dijo afanosa la cocinera—. Gracias por defenderme del mercader.
—No tienes que darme las gracias, la verdad estaba muerto de miedo y actué sin pensar, esa es la verdad, pero... ¿Cada vez que vienes al mercado te enfrentas así con los mercaderes?
—Bueno, no al extremo de hoy, pero si tenemos que lidiar siempre con los precios, no es que me queje, pero ustedes los jefes, ni idea tiene de como les cuidamos su dinero.
—¿De verdad? —preguntó realmente interesado en el tema—. Cuéntame todo.
—Pues verá joven...
Todo el camino Hwasa se dedicó a contarle los por menores de su vida en el mercado, pronto llegaron a su destino donde un Taehyung y un sinfín de revoltosos chiquillos les daban la bienvenida.
Jimin salió de su taxi y corrió al encuentro de su amigo que agitaba la mano gritando su nombre. Se fundieron en un gran abrazo, como si no se hubieron visto en años.
—Minnie, que alegría verte fuera de tu casa, cuando me mandaste el mensaje de que querías hacerles una comida a los niños de la clínica, no lo podía creer, me alegra que la quieras hacer tú mismo.
—Tae, no sabes la emoción que me produce realizar algo que me gusta.
—Y al hacerlo, harás feliz a muchos niños, eres un estupendo cocinero.
—Bueno, pues, manos a la obra, ¿a dónde acondicionaron la cocina para preparar el banquete?
—El doctor Jaehyun te preparó un cuarto que tiene atrás de la clínica, lo tenía sin usar, ¡y ahora es una cocina!
—Estupendo, pero voy a necesitar ayuda.
—Cuenta con eso y mucho más, algunas de las madres de estos pequeños están muy agradecidas y se ofrecieron para ayudarnos, ¿qué te parece?
—No se hable más, manos a la obra.
Jimin pasó las horas más agradables que recordaba en mucho tiempo, el contacto con la gente, los niños y el cocinar era una combinación que confortaba su adolorido corazón.
—¡Parte más rápido esas verduras, Hwasa! Señora Min, ¿podría batir estos huevos? Taehyung no le pongas mucha sal a la sopa, a Jungkook no... —Jimin detuvo de pronto la lluvia de órdenes culinarias y su rostro se llenó de tristeza infinita—. A Jungkook no le gusta muy salado —terminó la frase en un murmullo.
—Vamos Jim —le dijo Taehyung apretando su mano—. Sé que esto es doloroso, pero tienes que forjar tu propio camino.
—Tienes razón —dijo tímidamente—. Trataré de ser valiente.
—Ya lo eres Minnie, ya lo eres.
Pronto Jimin recobró un poco de su entereza y se abandonó a su labor. Pronto en las mesas dispuestas en el patio de la clínica se encontraba el gran festín: sopa de verduras, puré de papa, elotes asados, pan horneado, sin faltar gelatina de postre. En pocos minutos todo aquello desapareció dejando solo las risas de satisfacción de los comensales, mientras comenzaba la tarea tediosa de recoger, lavar platos y demás, Jimin miró su reloj.
—Dios, es tardísimo, me tengo que ir o mamá llegará antes que yo...
—¿Qué pasa Jimin? ¿Tu madre no sabe en dónde estás y lo que estás haciendo?
—No, me salí a escondidas.
—Pero Jim, no debes esconder a nadie esta bonita labor que acabas de hacer.
—Lo que pasa... es que... ella... —estrujando su delantal tartamudeaba.
—Ella no estaría de acuerdo en que tú ofrecieras una comida gratis, ¿verdad?
—Si —dijo bajando la mirada.
—A gente necesitada —afirmó cayendo en la situación en que se encontraba su amigo.
—Si.
—¿Y piensas repetir este acontecimiento?
—Yo quiero volver a hacerlo.
—¿A escondidas?
—Creo que sí.
—¿Durante cuánto tiempo?
—No... no lo sé.
—¡Jimin! —le dijo mirándolo con ternura—. Las cosas a las que te dediques, no debes hacerlas a escondidas, debes defender tu derecho a realizarlas sin la prohibición de nadie.
—¡Es que... tú no conoces a mi madre! Ella solo quiere que me la pase en sus reuniones sociales para que me consiga otro prometido o prometida y me case, incluso ya me ha dado una lista entera de todas las personas con las que debo salir.
—Cosa que tú no quieres.
—Por supuesto que no, me gustó tu idea de dedicarme a algo que me agrade, me agrada cocinar, le he preparado muchos platillos a mi familia, a sus amigas, a los socios de papá, a Jungkook... —dijo lo último con un dejo de tristeza—. Pero para mi madre no es importante este hecho, no pretendo que siempre me alabe, pero una pequeña felicitación, me hubiera alegrado el corazón
—Jim, tu madre te tiene en una caja de cristal y...
—Es por mi problema al corazón, después del trasplante ella no me dejó hacer nada, por eso quiere que me case y que alguien me mantenga, no quiere que estudie porque teme que...
—A ver, Jimin tú tienes un corazón nuevo y sano, has ido a tus controles con el cardiólogo, nada malo te va a pasar porque estudies o porque quieras hacer algo, además cocinas muy rico y tu madre debería apreciarlo.
—En una ocasión, Hwasa se encontraba muy enferma y mi padre tenía una cena que ofrecer a sus socios, yo me ofrecí a hacerla, ¡imagínate que bien me sentí cuando los invitados elogiaron la cena! ¿Y qué hizo mi mamá? ¿Decirles que fue su hijo el que cocinó? ¡No! Solo les dijo que era el deber de "su" cocinera si no quería que se le despidiera, y cuando nos quedamos a solas solo me dijo "es tu deber como futuro señor de tu casa, que conozcas estos deberes y sepas mantener a raya a la servidumbre" —concluyó imitando la voz de su mamá.
Taehyung soltó la carcajada ante la mirada incrédula de Jimin y lo abrazó sin dejar de reír.
—Querido amigo —pudo decir cuando paro de reír—. Nunca te escuché expresarte así y más de tu madre, estás madurando Jimin, pero te queda un gran camino que recorrer y tu madre no será la única persona que pondrá piedras en tu camino, dímelo a mí que tuve que sufrir un calvario para convertirme en doctor, la abuela Misook es de mayor calibre que tu madre —de pronto se quedó callado, abrió los ojos como platos y miro a Jimin sospechosamente—. ¿Con qué dinero realizaste este festín, Jim?
—Con mi mesada, por supuesto.
—¡Ufff! —respiró profundamente limpiándose la frente—. Pensé que habías robado un banco.
—¡Taehyung!
✧✦✧
Jungkook llegó a su casa entregándole su saco a uno de sus empleados.
—¿Alguna novedad Jungsu?
—De hecho, señor Jeon, alguien lo espera en la sala.
—¿Alguien me espera? —preguntó intrigado, ya que casi no recibía visitas, menos las no esperadas.
—¿De quién se trata?
—La señora Jung e hijas.
—¿E hijas? —dijo recordando que la señora era esposa de un socio de Jungwon, más nunca había escuchado de sus hijas.
—Dos, dos señoritas.
—Está bien, veamos que las trae por acá —afirmó más por curiosidad que por otra cosa.
La señora Jung era una mujer regordeta y simpática, que en cuanto Jungkook entró a la sala se paró como un resorte picándole las costillas a sus hijas para que se pararan también.
—Por favor, no se levanten, sigan sentadas —les dijo mostrando su carismática sonrisa.
—Gracias joven Jeon —dijo ruborizándose levemente, mientras abría su abanico y empezaba a moverlo frenéticamente—. Se preguntará el motivo de nuestra inesperada visita —empezó a explicar mirando a sus hijas, que contraria a ella, eran escuálidas y con cara de pocos amigos.
—Creo que estoy deseoso de saberlo, madame —las tres mujeres lanzaron unas risitas chillonas que taladraron sus oídos.
—Bueno, mi hija Hyori que tengo a mi derecha celebrará su onomástico el próximo mes. Para lo cual hemos organizado una cena íntima, solo los más allegados y usted está entre ellos, claro que no nos olvidamos del señor Jungwon.
—¿Él está enterado de esta invitación? —preguntó intrigado porque recién había visto a Jungwon y éste no le había comentado nada de esa cena.
—Bueno, todavía no, pero le llegará la invitación sin demora.
Jungkook se preguntaba desde cuándo había sido invitado antes que su hermano, si lo más común era que el principal de una familia fuera el primero en ser invitado a cualquier evento, y sus familiares después y más por la esposa de un socio que solo la había visto un par de ocasiones sin siquiera tener una conversación formal y desde cuándo se había convertido en uno de sus allegados.
Él sólo siguió escuchando la cháchara de la señora mientras sus hijas lo veían coquetamente de arriba abajo, como quien se fuera a comer un pastel, esto le provocó un escalofrío nunca antes experimentado.
Le dio gracias a Dios cuando la visita terminó, personalmente las despidió hasta que estuvieron instaladas en su auto que con alivio lo vio alejarse.
Más tardó en entrar al recibidor cuando volvieron a tocar y él personalmente abrió, ante él otras damas se habían presentado.
Esto fue el inicio de un ir y venir de señoras con sus hijas casaderas con una lluvia de invitaciones de los más variados motivos, Jungkook las trató a todas con mucha cortesía, pero después de varias horas estaba totalmente agotado, tantas reverencias, tantos besos en la mano y esas miradas que se lo comían vivo, nunca en toda su vida había vivido el acecho femenino tan agobiantemente.
—¡Jungsu!
—¿Si señor Jeon?
—Me voy a mi recámara, por favor, si vuelven a buscarme, dí que no me encuentro, que me fui de safari a África.
—De safari a África, correcto señor.
✧✦✧
Jimin y Hwasa llegaron corriendo a su casa, pero al entrar la Señora Park los estaba esperando.
—¡Park Jimin! ¿Dónde estabas? ¿Qué son estas horas de llegar? No he sabido de ti durante varias horas.
—Perdóname madre, pero sobre todo perdona a Hwasa, yo le ordené que me acompañara.
La señora Park se dirigió a la cocinera.
—Hwasa, vete a la cocina, donde es tu lugar —a la pobre mujer no le repitieron la orden dos veces y puso pies en polvorosa.
La madre de Jimin cruzó los brazos en espera de una explicación.
—Madre, te vuelvo a pedir disculpas si te he causado malestar.
—¿Malestar? Casi me da el infarto cuando llego a la casa y no te encuentro. ¿No se suponía que no podías todavía salir?
—La verdad es que preparé una comida para los niños de la clínica del doctor Jaehyun, el amigo de Taehyung —lo dijo rápidamente mirando la punta de sus zapatos.
—¿Amigo de Taehyung? ¿Taehyung? —dijo atando cabos—. Ya decía yo que ese muchacho solo te desviaría del buen camino, seguramente él te pidió que cocinaras para esos muertos de hambre.
—¡Mamá, no te expreses así! Yo fui el de la idea de brindarles un poco de alegría a esos niños, ellos no cuentan con salud y encima sus padres están en apuros económicos por comprarles sus medicinas. Quise darles una pequeña alegría, ¿acaso no eres piadosa?
—¿Y cuántas veces piensas ser piadoso, tú?
—Todas las veces que pueda.
—¿Y con qué dinero?
—¡Con mi dinero!
—¡Con dinero de los Park!
Jimin se quedó callado ante el último comentario, sabía que su madre pretendía ocultar su origen humilde de los demás, pero nunca se lo había echado en cara, se le quedo viendo con ojos interrogantes.
"¿Todo lo que me han dado no es mío, es de los Park?" pensó.
En esos caóticos momentos entró su padre imponiendo su presencia.
—¿Qué pasa aquí? ¿Qué son esos gritos? —les gritó para poner orden.
—Tu hijo ha perdido la cabeza, creo que el dolor de perder a Jungkook lo ha hecho enloquecer.
—¡No me menciones a ese tipo! ¿Qué sucede?
—Jimin ahora es cocinero de los amigos de su amigo Taehyung, seguramente se ha gastado el dinero que le das en ello...
—¡Es mi dinero! —la interrumpió Jimin.
—¡No me interrumpas! —su madre le gritó—. Jimin no comprende en la situación tan delicada en que nos encontramos con el rompimiento de su compromiso con... ¡Ya sabes quién! Estamos en boca de toda la sociedad y debemos de callar las murmuraciones, esto va a afectar los negocios de la familia.
—No te entiendo, madre —le dijo fijando la vista en el piso.
—Sin ningún matrimonio sólido que avale la llegada de un heredero, la familia Park perderá seguidores en los negocios, además, el hombre que llegue a ser tu esposo será el responsable de velar por los intereses de los mismos, sea como sea el joven Jeon era el indicado para ello, pero ahora los cazafortunas lo rondaran sin tregua, eso lo sabes muy bien —dijo dirigiéndose al señor Park—. Lo que Jimin debería de hacer es conseguir un buen partido y casarse.
—Yo no me quiero casar —protestó débilmente.
—Déjame hablar con Jimin por favor — intervino el señor Park para dirigirse a su esposa.
—Pero es que él...
—Por favor, después platicaré contigo.
Cuando la señora Park se retiró, su padre lo invitó a tomar asiento en un mullido sofá.
—Jim, hijo, tú sabes que desde que te adoptamos, te hemos dado todo lo que poseemos porque te queremos, no lo hicimos para obtener algún beneficio o para cobrar algún pago por ello.
—Pero mamá...
—Tu madre está un poco nerviosa porque mis últimos negocios no han salido como yo esperaba.
—Entonces es grave la situación —dijo con profunda preocupación.
—Más o menos, creo poder salir adelante, pero tu madre es muy aprensiva y está buscando posibles soluciones.
—Entre ellas, casarme con alguien de mucho dinero y así asegurar el patrimonio de la familia Park, ¿verdad?
—Pues sí, antiguamente los problemas de negocios así se resolvían y aún en la actualidad se sigue haciendo.
—Pero debe de haber alguna otra solución. ¿De qué otra manera te puedo ayudar, papá?
—No te preocupes hijo, ya encontraré la solución, tu único deber es seguirnos dando la alegría de tenerte, ser un muchacho educado, generoso, dulce y amable, ya verás que encuentras al hombre apropiado para ti, que te sepa valorar, que te aceptará por amor y no por compromiso.
El padre de Jimin le dio un beso en la frente y se retiró, dejando al menor con una nueva encrucijada.
¿Debería de dejar de pensar en él y velar por el futuro de la familia Park?
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